lunes, 30 de junio de 2008

MARRUECOS: 8 DÍAS/7 NOCHES. JUNIO 2008


MARRUECOS: 8 DÍAS/7 NOCHES. JUNIO 2008
Marrakech, Ourika, Essaouira
DÍA 1: Marrakech

                Hay vuelos directos desde Gran Canaria. A la llegada (mediodía) el calor era sofocante. Cogimos (2 mujeres y 2 hombres) un taxi hasta La Medina (dentro de la muralla) que fue la zona que elegimos para el alojamiento y a nuestro entender la mejor. El Riad Les Oliviers es encantador, está bien situado (al sur de la plaza Yamaa el Fna) y no es demasiado caro. El desayuno (incluido) está bien, aunque sin excesos.

                Ese día lo dedicamos a situarnos en el lugar. Sobrevivir a las motos que circulan tranquilamente por las angostas y sinuosas callejuelas se convierte en una especie de deporte local al que uno se tiene que acostumbrar. El truco es dejar que ellos te esquiven. Ya están acostumbrados y si uno intenta evitarlos, quizás lo que realmente termine consiguiendo sea despistarlos y que te arrollen.

                A medida que uno se va acercando a la plaza la escandalera se va haciendo más presente. Siempre está atestada de gente y con estímulos visuales y acústicos constantes. La gente es muy agradable e intenta buscarse la vida, aunque también son muy insistentes. Realizamos el cambio de divisas en la oficina de correos (era más rentable) Comimos algo rápido por las calles aledañas a la oficina. Esta zona también es animada (aunque no tan típica) y los precios (aunque regateables) son, de entrada, más razonables que como empiezan en el zoco, donde pueden resultar más pesadas las compras.

 
                Todo el día estuvimos entrando y saliendo del zoco, acercándonos a la Koutobia o a la plaza y zonas aledañas de la oficina de correos. Cenamos en los puestos que montan en la propia plaza. Nos dijeron que el 15 era de los mejores y no estuvo mal. Eso sí, si te gusta cenar en lugares relajados los puestos no es la opción adecuada. Bajo nuestro punto de vista es imprescindible.

                NOTA: El único lugar donde sirven algo de alcohol (cerveza) dentro de la muralla es el Grand Hotel Tazi. Fuera de La Medina se consigue sin problema.

DÍA 2: Marrakech

                Habiendo conseguido maestría en el arte de esquivar motos, aprovechamos este día para seguir nuestra visita por la ciudad. Nos dirigimos nuevamente a La Koutobia para pasear más detenidamente por sus jardines aledaños. Desde el Riad, el paseo, teniendo que atravesar partes del zoco y la plaza, siempre será entretenido. También cogimos una calesa, que, aunque turistada, con el calor que estaba dando se hizo agradable y casi necesario. Te da oportunidad de ver los alrededores de la muralla y zonas algo alejadas de la medina como El Jardín de La Menara. Esa zona, sin contar con las grandes cadenas hoteleras, está creciendo urbanísticamente por lo que pudimos observar. Puedes pactar con el conductor lo que quieres ver o el tiempo que lo deseas contratar (es más caro que contratar un taxi)

 
                Tras el paseo en calesa y otro a pie por el barrio judío, comimos por los alrededores de la plaza. En realidad es que casi siempre comíamos o cenábamos ahí. Ya comentado el tema de los puestos, en lo referente a los restaurantes no vimos diferencias abismales en cuanto a calidades en la comida (fuera de que te gustase la pastela o el cuscús de uno u otro lugar) Lo mejor era garantizarse una buena vista de la plaza para relajarse sin perderla demasiado de vista. Hay algún restaurante con más estilo europeo (pizzas, ensaladas…) e incluso un Mc Donalds saliendo de la muralla por la Koutobia a la derecha. También zonas comerciales.

                Luego continuamos profundizando un poco más en el zoco. Tocamos los gremios de las telas, cuero y alguna farmacia tradicional. Una cosa: Jamás, pero jamás, se va a ver el zoco entero. Es inmenso (lleno de recovecos, azoteas…) y si se empatiza con el lugareño, mientras se compra, interminable.

                Para desembotarnos un poco pillamos un taxi a Gueliz para curiosear fuera de la muralla. Nos llevó al centro. Gueliz es menos tradicional que La Medina en todos los aspectos. Observamos que las chicas eran algo observadas, si parábamos a tomar una cerveza, pero no tuvimos ningún problema. Luego caminando hasta la muralla para cenar (esa noche lo hicimos fuera de la muralla), echar una cerveza e irnos a dormir.

                Muy de noche, aunque sin peligro aparente, las calles son algo más duras que por los días.

DÍA 3: Marrakech - Ourika - Marrakech

                El día anterior hicimos un sondeo entre taxistas para comparar precios y ver si salía rentable hacer una excursión al Valle de Ourika por nuestra cuenta. Y sí… muchísimo más. El taxista nos ofreció alguna parada (el trayecto sin paradas se realiza en menos de una hora) Aceptamos parar (amén de en miradores concretos) en una coqueta tienda apartada, entre olivos y árboles de argán, a los pies del atlas, con productos artesanales muy interesantes y a buen precio. También paramos en una comunidad de mujeres que trabajaban el argán (Cooperative Tiguemine Argan). Muy interesante también.

                Para la visita a Ourika, si no se es muy avezado para el montañismo, hace falta guía. Abundan. Según salimos del taxi vinieron varios. La cosa fue elegir uno que chapurreara español para poder entendernos mejor, sin muchas mezclas lingüísticas. El paseo hasta la cascada se puede hacer sin demasiadas dificultades, aunque tampoco es un juego de niños, pero si se quiere ir más adentro hay algunas zonas en las que las cabras más experimentadas pasarían apuros. No es todo el rato, pero reconocemos que al no ir correctamente preparados para el montañismo la experiencia tuvo algunos momentos riesgosos. La gente local, no obstante, se movían cómodamente por la zona sin ninguna preparación y en ocasiones cargados como mulas.

                También pudimos visitar algunos poblados bereberes y comimos algo tarde, pero vivos, a la orilla del arroyo en un restaurante muy chulo.

                De vuelta a La Medina (otra hora), tras descansar y arreglarnos, fuimos a pasear un poco y a cenar. Luego tertulia en el Tazi y a la cama.

DÍA 4: Marrakech - Essaouira

                Este día fue otra excursión. Esta vez a Essaouira (3 horas de taxi) La estrategia fue la misma que e l día anterior y pactamos la ida y la vuelta con un taxista (pasando noche allí) A consecuencia de la pechada, esta vez no hubo paradas. Sólo paramos en el mirador anterior de la propia ciudad.

                Intentamos buscar alojamiento en algún hotel, pero los precios eran desorbitados, así que, aconsejados por el taxista, nos acercamos a una de las personas que estaban en las rotondas con una llave en la mano para, supuestamente, ofertar alojamiento. Todo un acierto (suerte incluida). Era un chalet, cerca de la playa, de dos habitaciones, salón, 2 baños y jardín. Toda una ganga. La cena de esa noche, sin ser cara, lo fue más que el alojamiento y nos la hizo la mujer del casero, que vivía en una casa al lado (de servicio)

                Essaouira tiene una preciosa playa, aunque ventosa, un zoco más tranquilo, pero no menos encantador, y un muelle con fortaleza incluida (Castillo Real de Mogador) muy recomendable para comer, cenar, sacar fotos o simplemente pasear. La zona del muelle donde llega y limpian el pescado se plaga de gaviotas y gatos. El sitio es muy fotografiable, pero hay que tomar riesgos con tanta gaviota revoloteando por ahí.

 
                Hay un bar local al terminar la playa, cerca de La Medina (sin entrar) con una terraza que da literalmente al mar, donde sirven cerveza. Nos encantó.

                Essaouira es muchísimo, pero muchísimo, más tranquila que Marrakech, pero hay que tener el mismo cuidado con las bicis y motos por las callejuelas en las dos.

                El pescado de la zona es excelente y hay varias terrazas interesantes por el muelle. Comimos en el restaurante Aftass (bueno y no caro). Al atardecer volvimos a la avenida de la playa a descansar, tomando un refrigerio, viendo cómo se escondía el sol, y cenamos a la hora acordada con la casera, que nos alcanzó al alojamiento las viandas. Sobró muchísimo. La mujer se volvió loca cocinando.

DÍA 5: Essaouira - Marrakech

                Acordamos con el taxista que nos recogiese a las 18h y con el alojamiento, abandonarlo, a esa hora también. Todo si problema. Luego fuimos a desayunar (dentro del zoco) y no dejar un rincón de Essaouira por recorrer antes de irnos.

                De vuelta a Marrakech para cenar y descansar por los alrededores de siempre (ya teníamos lugares favoritos como el Tazi)

DÍA 6: Marrkech

                Visita al Palacio de La Bahía (imprescindible) para acabar tomando un heladito en el Café Argana, con unas maravillosas vistas de la plaza.  Ese día agradecimos visitar el hamman (Isis Spa) donde fuimos exfoliados y masajeados durante un buen rato. El Lugar era muy agradable.

                El resto del día volvimos a visitar el zoco con un ojo más consumista (una vez comparado precios y calidades)

 
                Para cenar hay otros puestos, aún más locales, en la plaza… allí cenamos algo ligero.

DÍA 7: Marrakech

                Último día en Marrakech. Continuamos desguazando el lugar. Visitamos el museo de Marrakeh, la Kubba Almorávide y la Madrasa Ben Youssef (imprescindible) También salimos fuera de la muralla. Ojo: Muchos lugares cierran durante el rezo.

                Cenamos en uno de los restaurantes aledaños a la plaza, con preciosas vistas, y tomamos las últimas cervezas en el Tazi.

DÍA 8: Marrakech

                Últimos paseos por los alrededores y rumbo al aeropuerto. El avión salía al mediodía.