viernes, 1 de abril de 2016

RUMANÍA EN UNA SEMANA. MARZO 2016


RUMANÍA EN UNA SEMANA.  MARZO 2016
 

Bucarest – Brasov (SINAIA – BRAN) – SIghisoarA – Sibiu (BIERTAN) – Pitesti (SNAGOV)

Rumanía es un  país que todavía no está muy explotado, turísticamente hablando. Eso nos gustó bastante porque puedes ver realmente el vivir del día a día de la gente. Por otro lado, el desconocimiento y la falta de información con la que afrontas el viaje te hace ser un pelín más precavido.

Tenemos que decir que nosotros no tuvimos ningún problema, ningún tipo de inseguridad, ni por el día ni por las noches. Nos sorprendió el nivel de desarrollo de las zonas urbanas y no tuvimos ningún contratiempo realizando el viaje por libre con un coche alquilado.

Día 1: GRAN CANARIA-MADRID-Bucarest.

Llegamos por la noche a Bucarest dos personas (un hombre y una mujer). Esa noche lo único que nos dio tiempo a hacer fue una primera toma de contacto, que resultó ser muy entretenida.

Dejamos nuestro equipaje en el hotel (Old City Bucharest DN Hotels), situado en el centro histórico. Una zona muy animada de marcha nocturna.

Nos dirigimos a dar un paseo y cenar algo. Fuimos a un restaurante tradicional (Taverna Covaci) que nos recomendó Flavius, el dueño del hotel donde nos hospedamos.

En el restaurante, aparte de cenar, se formó un jolgorio impresionante con música rumana en directo. Sacaron a bailar a los comensales y, cuando nos dimos cuenta, el ambiente estaba tan animado que había más gente bailando en el centro del salón (incluidos nosotros) que sentados en sus mesas. Fue divertido.

Al terminar fuimos a dar otro  breve paseo de camino al hotel para, sobre todo, bajar la contundente comida típica.

Día 2: Bucarest.

Este día lo dedicamos a ver toda la ciudad vieja de Bucarest e improvisar un recorrido para conocer sus lugares más emblemáticos (sin olvidar los extrarradios). Importante aprovechar el sol.
 
 

Nuestro tour comenzó, como ya dijimos, por la ciudad vieja. Tras unos paseos encantadores nos dirigimos a la zona del Palacio del Parlamento, cruzamos el parque Izvor y subimos hasta el Arco del Triunfo (pasando por Gara de Nord, el museo Nacional de Historia…). De vuelta paseamos por el parque Herastrau, salimos por la Piata Charles de Gaulle, bajamos por el Boulevard de los aviadores hasta la Piata Victorei y luego hasta la Piata Romana. Vimos el Ateneo Romano y el Teatro Nacional de camino al casco antiguo, donde acabamos para disfrutar, un poco, de la tarde y el ambiente nocturno durante la última noche. La librería Carturesti es majestuosa y hay que visitarla.

Día 3: BUCAREST – Sinaia – Bran – Brasov.

Madrugamos para dirigirnos (taxi) al aeropuerto internacional de Otopeni, donde recogimos el coche de alquiler con la empresa Autonom (muy bien).

Comenzamos la ruta hacia Brasov y teníamos planeadas varias paradas en el camino.

Hicimos la primera parada en Sinaia (1:30 horas aprox.), donde nos recibió una cellisca de nieve. El pueblo es muy bonito y el camino al Castillo de Peles lo hicimos caminando, a pesar de las inclemencias climáticas. También visitamos el Monasterio de Sinaia.

Seguimos nuestro camino dirigiéndonos a nuestra segunda parada: Bran (50 min). Según llegamos al pueblo comenzó a nevar de nuevo.

Visitamos el Castillo de Bran que nos gustó mucho. En la antesala de la entrada al castillo había una zona de puestos de suvenires bastante surtido pero, como el tiempo no acompañaba para ir de compras, seguimos nuestro camino tras un breve vistazo.

Llegamos a Brasov (45 min) sobre las tres de la tarde. Nos dirigimos a nuestro alojamiento que, en este caso, era un apartamento precioso (Versus Art Studio) con vistas al famoso cartel de Brasov (al estilo de el de Hollywood). Allí nos esperaba miss Clara, una encantadora ama de llaves.

Brasov es una ciudad preciosa, con su plaza Sfatului, su Ayuntamiento, sus edificios… Un giro de 180 grados te regala una maravillosa vista de la plaza y alrededores. Brasov es una ciudad para caminar, visitar su Iglesia Negra (cierra los lunes), los alrededores de la muralla, La Torre Blanca, la Torre Negra, la Puerta de Caterina, el complejo Olimpia, la Sinagoga, la calle Sforii (dicen que es de las más estrechas. Nosotros no lo tenemos tan claro) y otros muchos lugares. Fuera de la puerta de Schei (da nombre al barrio del mismo nombre) era donde vivía el pueblo Rumano cuando tenían prohibida la entrada a las murallas de Brasov. Su plaza Unirii y la preciosa Iglesia de San Nicolás de Schei dan para un paseo encantador.

Si se dispone de tiempo y ganas se puede subir al monte Tampa donde está el cartel de Brasov. (Hay un teleférico). También se puede visitar la ciudadela.

Día 4: BRASOV- Sighisoara.

Nos levantamos temprano para dar el último paseo por la encantadora Brasov y, tras el desayuno, seguir nuestro camino.

Llegamos a Sighisoara (2 horas) dirigiéndonos a la zona de la ciudad vieja, que es donde se concentran los atractivos turísticos y donde estaba nuestro hotel (Hotel Sighisoara) Un edificio de 500 años de antigüedad muy bien conservado. NOTA: se supone que los coches no pueden aparcar en la zona histórica, solo dejar pasajeros. Nuestro hotel tenía parking interior para evitar las multas.

La zona de la ciudadela se encuentra en la cima de la montaña y está amurallada. Las vistas son impresionantes y la visita de sus calles también.
 
 
 
Vimos la Torre del Reloj, la Iglesia de la Colina, las Torres de los Sastres y los Orfebres, la estatua de Vlad Tepes, subimos por unas escaleras cubiertas (construidas en el año 1642) y, por supuesto, visitamos y cenamos (ahora es un restaurante) la Casa Drácula. Fue donde nació Vlad Tepes y, se dice que, vivió hasta los cuatro o seis años (hay controversia). El extrarradio tiene una iglesia bonita y algún parque o casa curiosa, pero poco más.

Día 5: SIGHISOARA – Biertan – Sibiu

De camino a Sibiu hicimos una parada en Biertan (30 min.) para ver su Iglesia fortificada. Algo que nos llamó la atención de Rumanía es que, en algunos lugares de visita, te ponían un número de teléfono para llamar al guardián y concretar la visita cuando estás allí (sobre la marcha). Esta vez no quisimos entretenernos y la vimos por fuera, tras visitar el pueblito.

Biertan era una zona rural. Vimos carros de caballos, pozos de agua, y un ambiente que te evoca, quizás, una época medieval.

Llegamos a Sibiu (1:30 horas), nos dirigimos a nuestro apartamento (Archivelor Apartment) para dejar nuestras cosas y continuar la visita de la ciudad.
 
 

Sibiu nos encantó. Sus tejados con ojos cansados, que parecen observarte, su imponente Piata Mare, su encantadora Piata Mica, la Basílica Evangélica, la Piata Huet, el Puente de Hierro, la Iglesia de Santa Úrsula… o caminar, simplemente, por la calle peatonal Nicolae Balcescu, donde también hay abundantes terrazas donde tomar un tentempié, es imprescindible.

Sibiu es una ciudad con mucha oferta gastronómica y de ocio, quizá la más amable para el turista (se encuentra más ofertas de todo). En la zona centro hay tiendas de productos artesanales tradicionales y en la zona del extrarradio se encuentran outlets y centros comerciales (de estilo asiático) muy interesantes.

Día 6: SIBIU – Pitesti.

De Sibiu a Pitesti (casi 3 horas)  fue la única vez que cogimos autopista (durante una parte del camino). También había una parte de carretera de montaña paralela al río preciosa. En realidad, conducir por toda la zona de los Cárpatos es encantador. Se pueden ver rebaños de ovejas en las orillas de las carreteras, puestitos de queso artesanales, valles hermosos… En este último tramo, hasta llegar a Pitesti, los pueblos se encadenan y hacen la conducción mucho más tediosa.

Pitesti es una ciudad en la que hicimos noche (hotel Arges) por hacer un alto en el camino de vuelta, pero que realmente no tiene mucho encanto.

La zona central discurre en una avenida peatonal con algunas tiendas, centros comerciales y bares. NOTA: No hay mapas turísticos.

Salimos un poco de la zona centro y encontramos un mercado local dividido por gremios de ropa, verduras, carnes… muy curioso. El resto del extrarradio, con alguna excepción, carece de interés.

Algunos  camareros en Rumanía no nos parecieron que tuvieran muchas dotes de cara al cliente, pero en esta ciudad muchísimo menos. Igual se trata de algo cultural.

Como curiosidad, por la noche, en Pitesti (en el centro) se veían bandadas de pájaros, que iban de un lado a otro,  sin rumbo, graznando y provocando un ruido ensordecedor. Era un poco tétrico.

Día 7: PITESTI-Snagov-Otopeni-Madrid-Gran Canaria.

Nos dirigimos a Snagov (2 horas aprox.) para para visitar su monasterio donde reposan los restos de Vlad Tepes, excepto su cabeza, entregada a los turcos (según cuenta la leyenda)

Para llegar a Snagov la carretera es buena y tranquila. La entrada hacia el monasterio, no obstante, no está señalizada.

El monasterio se encuentra en una isla al norte del lago de Snagov. La información con la que contábamos decía que había que alquilar unas barcas para acceder a éste, pero había un puente que unía ambos márgenes (también hay que llamar al encargado y la entrada es de pago). La visita es interesante y hay que estar en silencio, ya que se trata de un monasterio en funcionamiento.
 
 

Como todavía contábamos con tiempo (nuestro avión salía de tarde) decidimos parar a comer en el restaurante Dolce Vita, con una terraza con vistas al lago maravillosa, donde comimos un pescado sensacional.

Luego al aeropuerto (30 min.) a devolver el coche y volver a casa.

Un destino sorprendente.

 

E.Jota