MALDIVAS: 6 DÍAS/5
NOCHES. ENERO 2017.
Hudhuran Fushi, Maafushi y Malé.
En
las maldivas se pueden hacer 3 cosas, amén de realizar buceo o snorkel en todo
momento, según la isla en la que te quedes:
Si
la isla es privada se tienen todos los servicios cubiertos. Se puede incluso
beber alcohol. El resto del país es completamente abstemio y beber alcohol está
completamente prohibido. El uso del bikini para las mujeres dependerá de las
costumbres locales de cada lugar. Hay islas con “bikini beach” y otras no. Importante por lo
tanto informarse bien si lo que se quiere es conocer costumbres locales
exclusivamente o también va a apetecer un baño en esas increíbles aguas
turquesas. Por último está Malé, la capital. Recuerda las concurridas y
caóticas ciudades asiáticas de los alrededores. Muchos turistas la obvian en sus
viajes. Aunque caótica es fácil de recorrer una vez ubicado y a nosotros
particularmente nos parece indispensable.
El
país se divide en 26 atolones. Hay sobre 200 islas habitadas y cerca de 90
dedicadas únicamente al turismo relax, de un total de 1190. Los atolones más
del sur y del norte son más alejados e incluso algunos están deshabitados.
Este
viaje lo hicimos un amigo (hombre) y nosotros (mujer y hombre).
Día 1: Hudhuran Fushi
Llegamos
a Maldivas desde Frankfurt. Fue una escala obligada desde Gran Canaria. Eran
las ocho de la mañana. El aeropuerto es una pequeña isla al lado de la capital.
Es muy recomendable elegir asiento con ventana para poder disfrutar de las
vistas aéreas del país.
Como
nos tomamos el viaje como un pequeño regalo y nos gusta hacer de todo, quisimos
tocar, un poco, los tres ambientes y exprimir la estancia todo lo posible. También pensamos
que si lo que se busca es únicamente relax: este es el destino.
Primero
tocamos el relax. Nos alojamos en Adaran Ocean Villas (Hudhuran Fushi). En el
precio estaba incluido el traslado en lancha, aparte de todo lo demás. Si lo
planteas con tiempo puedes indagar precios, ofertas, y en cuanto veas una interesante, no
la dejes escapar… vuelan. Pero, en general, los resorts con todo incluido (al final vas a
terminar comiendo su comida) suelen ser saladetes (unos más que otros) Este,
dentro de los precios más razonables estaba muy, muy bien. La isla era
encantadora, cerca de la barrera coralina, el servicio muy bueno… e incluso por
las noches acudían tiburones a las cercanías de las instalaciones. Un
consejo: Si te hospedas ahí que tu habitación sea dando al ocaso, es mejor.
Ir
a un resort supone que todo lo que quieras hacer (incluido comer) lo vas a
tener que hacer a través del propio resort. Como nosotros íbamos a irnos de
allí dejamos todo el buceo, excursiones, etc… y nos centramos en el snorkel y
en desconectar esos días.
Pocos
más hay que contar. Llegamos temprano. Dos noches.
Día 2: Hudhuran Fushi
Pues
eso. Disfrutar.
Día 3: Hudhuran Fushi - Maafushi
Sobre
el mediodía nos recogió, en el muellito del resort, la barca rápida que nos
llevaría al aeropuerto nuevamente. Desde allí cogimos otra lancha rápida hasta
Maafushi (15 dólares), con una pequeña escala en Malé. Todo en menos de una
hora.
Maafushi
en una isla habitada que se está abriendo a un turismo más económico. Los
precios de todo se reducen considerablemente. La isla tiene varias mezquitas y,
aunque el pueblo ha aceptado hacer más la vista gorda que en otros lugares con
las costumbres indumentarias, fuera de la “bikini beach”, el sentido común y
respeto exige un poco más de contención con el exceso de voluptuosidad (pero se
puede andar por toda la isla en pantalón corto y manga hueca seas hombre o
mujer).
La
isla, viniendo de donde veníamos, tenía ventajas y desventajas. Las principales
desventajas: Todo era menos paradisiaco, olvídate del snorkel cercano (todo
excursiones), el mar aunque turquesa estaba más revuelto… Las ventajas: Precios
mucho más asequibles, distintas ofertas, todo tipo de excursiones, inmersiones,
avistamientos… Muchas cosas no las aseguran o como dicen ellos:
“Fithty-Fithty”. Es ir y ver si hay suerte, pero si te gusta el tema del
submarinismo, snorkel y todo eso… este es tu sitio. Mañana, tarde y noche. Los
precios, como ya dijimos, son muy competitivos.
Nos
alojamos en Seashore Beach inn, en frente de la Bikini Beach. El sitio no
estaba mal, con vistas, habitaciones justitas y sin ascensor. Hay muchos tipos
de alojamiento por el poblado con encanto. La cercanía a la playa, por
dimensiones y por el tipo de isla, a posteriori, no nos pareció de lo más
importante. Lo bueno es tomarla como referencia, ya que es la zona por donde
puede haber más “jaleo” a la hora de darse un paseo. El resto del pueblo es
mucho más tranquilo. Es un pequeño contraste, aunque tampoco hay fiesta como
tal.
La
isla merece unos paseítos tranquilos. En ella, como curiosidad, está la cárcel
(se puede pasear por los alrededores), pero no se veían presos. Algún momento
playa-relax, compras, una buena cena…, pero sobre todo lo dicho: actividades
acuáticas de todo tipo. Dos noches, para visitar los alrededores y tener tiempo
para todo lo demás, fue suficiente para nosotros.
Cogimos
algunas actividades con icom tours. La oferta es buena y variada. Te hacen un
reportaje fotográfico y te lo graban en una memoria. Eso sí, revisarlo es
obligatorio, a nosotros nos grabaron las
peripecias de otros grupos y ya, desde casa, no pudimos recuperarla, aunque nos
pusimos en contacto con ellos nada más llegar.
Día 4: Maafushi
Actividades,
relax y paseos…
Día 5: Maafushi - Malé
Por
la mañana, antes de abandonar el apartamento, nos levantamos temprano para
desayunar (incluido) y disfrutar de los últimos momentos de playa que le
quedaban al viaje. Cogimos otra lancha rápida. Se reservan en varios sitios a
los mismos precios y horarios.
Unos
50 minutos hasta Malé. Ya el muelle fue un caos. Tuvimos que ir preguntando
para saber quién nos mandaba el hotel, Somerset inn, a recoger
(incluido) Nada de cartelitos. El hotel estaba bien ubicado (todo a un paseo)
y era correcto.
Malé
rompe la tranquilidad. Un avispero de motos, algunas construcciones curiosas,
varias mezquitas (la mezquita antigua, con su cementerio aledaño, es la más
destacada) y sobre todo los mercados. Cerca de la Lonja hay varios. En los
muelles hay uno con pescado seco, fruta y artículos variopintos. Luego está la
propia Lonja. Sin ser muy grande es muy curiosa y se puede observar trasiego local del
gremio. La Plaza de la República, la lonja, la mezquita vieja y un poco de avenida marítima,
sería la “milla de oro turística”. Sin olvidar sus alrededores. También hay lugares
para comer (Olive Garden) y hacer alguna compra, aunque menos relajadamente. Fuera de ahí
la avenida principal estaba plagada de comercios y tiendas más al estilo
lugareño. Las cercanías de la avenida también son animadas. Se puede recorrer la
isla andando. Eso sí, la mayoría de lugares tienen sus horarios adaptados a las
costumbres y llamadas al rezo islámicas, por lo que puedas verte con
incompatibilidades de momentos coincidentes.
Por
las noches la ciudad se duerme, desparecen las motos, cierran la mayoría de
locales y la gente desaparece de las calles. Es otra ciudad, oscura y laberíntica
Si
se pudiese obviar o no es una decisión personal. Al fin y al cabo se lo pones a
una cosa y se lo quitas a otra, pero una visita nos pareció interesante,
entretenida y asequible.
Día 6: Malé
Paseamos
un poco y desayunamos (incluido) Era viernes, Y todo estaba
cerrado. Viene a ser nuestro domingo. Recogimos las cosas. Antes del mediodía
el transporte del hotel (incluido) nos llevó al puerto. Desde allí nos llevaron al aeropuerto en barca. La embarcación, ya
no tan moderna, era de uso local y también estaba incluida en el precio del
hotel.
Antes
de volver a casa hicimos otra escala en Frankfurt.