Cracovia y Varsovia.
En nuestra visita a Polonia nos
decantamos por explorar Varsovia y Cracovia. El vuelo lo cogimos directo desde
las Palmas de Gran Canaria a Varsovia con una low cost (5 horas). Fuimos 4
adultos (2 mujeres - 2 hombres) y una niña de cinco años. Llegamos a Varsovia de noche y teníamos el
transporte reservado hasta nuestro alojamiento. Estaba situado (apartamento) en la
calle Piwna, al lado del Mercado de la Ciudad Vieja (Rynek Starego Miasta),
donde se encuentra el monumento a la sirenita de Varsovia (símbolo de la ciudad).
El apartamento se llamaba AAA Stay Warsaw Apartments. Estaba muy
bien ubicado y era acogedor. Quizás, por ponerle un pero, algo vetusto.
Como consejo importante: debemos decir que antes de las doce
de la noche cierran las cocinas de todos los restaurantes en la zona, con lo
que para cenar estuvimos callejeando hasta que encontramos un Subway abierto. Cenamos,
dimos un paseo por el Mercado de la Plaza Vieja (nuevamente), el Krakowskie
Przedmieście (Camino Real), para bajar un
poco la cena, y luego a dormir. Estábamos derrotados.
2º día: Varsovia
La primera parada fue en la plaza de la sirenita. Fuimos al
punto de información turística a coger algunos mapas y preguntar algunas dudas
que teníamos. Desde allí nos dirigimos a coger el tranvía para visitar el
mercado de antigüedades de Kole. El tranvía se coge justo debajo de la Columna
del Rey Segismundo III Vasa (hay varios números). El mercado no es gran cosa,
pero si te gustan las antigüedades hay que visitarlo.
Volvimos a coger el tranvía y regresamos a la Columna de
Segismundo (Camino Real) y alrededores para refrescarnos (el día era
atorrante), visitar algunos de sus puntos de interés y comer algo en el Zapiecek
(Camino Real). Un restaurante agradable y bueno, con chicas vestidas con trajes
regionales. Recomendable. Luego, con la compañía de unos helados, nos dimos un
agradable paseo hasta el Mercado de La Plaza Nueva y el Monumento al Alzamiento
de Varsovia, pasando por la Barbacana (Puerta de la Ciudad Nueva). Tras un
largo paseo por los alrededores (hay mucho que ver en la zona: iglesias,
edificios…), de repente, nos tropezamos con una multitud que se dirigía hacia el parque
Fontann a un festival musical gratuito (por motivo de
solsticio de verano) con multitud de puestos de comida, bebidas y suvenires.
Disfrutamos de la música y el ambiente, paseamos por los alrededores y volvimos
al casco antiguo para cenar en la Plaza Vieja.
Desde el apartamento (en una zona inmejorable) todos los
principales puntos de interés de la ciudad vieja están a tiro de piedra y la
Ciudad Nueva, también, está a un agradable paseo.
Nos dirigimos a la zona del antiguo gueto judío. Cada día
tomábamos por diferentes lugares para así poder ver algunas cosas distintas
según el camino que cogiéramos. De camino nos detuvimos a desayunar y visitamos
el parque Lazienki. Muy bonito. Por la zona se puede visitar el museo y pasear
por algunas calles curiosas y otras no tanto. Se conservan marcadas algunas
zonas del antiguo muro. Al atardecer el clima se puso un poco malo y cogimos el tranvía nº 4
para dirigirnos a Annopol y visitar un centro comercial, ya que comenzó a llover.
Por el camino se puede parar para ver alguna iglesia curiosa. Comimos en el
centro comercial. OJO: No tiene casa de cambios (hay cajeros)
El billete del tranvía se puede comprar en unas máquinas,
directamente al conductor o bien en los estancos que suelen haber cerca de las
paradas.
Cuando mejoró el tiempo aprovechamos para pasear, tomar unas
cervezas y luego cenar en la plaza.
4º día: Varsovia
Nos dirigimos a la estación central para comprar el billete
de tren e ir a Cracovia al día siguiente. Toda esa zona es mucho más amplia
y moderna, aunque con algunos contrastes. Nos sorprendió que había bastante
cola para comprar los billetes, pero, a su vez, había una cola prioritaria para
discapacitados, embarazadas o madres con carrito de niño (eso nos salvó). Nos
hicieron un descuento familiar por ser cuatro adultos.
Después nos quedamos
visitando la zona centro y su milla de oro. Había una zona peatonal donde
comimos en un sitio de carnes riquísimo. La zona se puede aprovechar para hacer
compras en grandes cadenas y
otras en pequeños comercios más interesantes (vinilos, antigüedades…). De allí
nos dirigimos de nuevo hacia el Camino Real, pero por la otra punta, por el
monumento de Copérnico, para terminar de nuevo en el barrio histórico. El paseo
es interesante.
En Varsovia, este día, coincidió que se jugó un partido de
la selección polaca, de la Eurocopa y la gente, sobre todo los hombres más
jóvenes, estaban eufóricos, escandalosos y muy borrachos. Lo vivían, vamos a
decirlo así, muy intensamente. Nosotros seguimos recorriendo las zonas que más
nos habían gustado con tranquilidad. Esa noche cenamos en el apartamento algo
ligero. La comida polaca es rica y contundente.
5º día: Varsovia - Cracovia
Hicimos el trayecto en tren desde Varsovia hasta Cracovia (2
horas y media en tren rápido), es puntual y muy cómodo. Te sirven café, té o
agua gratuitamente y tiene servicio de comidas de pago.
A la llegada a Cracovia nos dirigimos (antes de ir al
alojamiento) a la estación de guaguas para informarnos de los horarios y
comprar los billetes para el 7º día (visita de Auschwitz). Los billetes con “asiento
reservado” para 5 personas nos costaron 60 zlotys (1 hora y media de trayecto).
Solo ida, la vuelta se compra allí.
Nos dirigimos a nuestro alojamiento, previa parada para recoger
las llaves. Nos alojamos en Sodispar: apartamento Venice en la calle Bracha. Absolutamente
recomendable. Espacioso, moderno, limpio y muy bien situado.
Cracovia nos encantó, es preciosa. Nada más encarar la plaza
Rynek Glowny lo supimos. Se dice que es la plaza medieval más grande de Europa
y en ella se encuentran, por ejemplo, la lonja de Paños, la iglesia de Santa
María. Entre Varsovia y Cracovia nos quedábamos, sin duda, con Cracovia. Bellísima,
llena de rincones y con un ambiente muy agradable.
Dejamos las maletas en el loft y nos dirigimos a almorzar a
Goscinna Chata (calle Slawkoska), es un restaurante de comida típica. La comida
era muy buena y estaba muy bien ambientado. Probamos la sopa típica, que sirven dentro de un pan (mmm, riquísima)
Después de comer visitamos el mercado de Paños y las
iglesias de la plaza. Comenzamos a callejear, la ciudad invita a ello (tiene
infinidad de rincones con magia), hasta el complejo fortificado Wawel. La
visita es aconsejable.
El ambiente en Cracovia por la noche es muy animado. Con
músicos por la calle, mercadillos, y mucha gente joven. Quizás más turístico
que en Varsovia, pero también con mucho más encanto.
En Cracovia tampoco es un problema encontrar sitios para
comer o tomar algo a cualquier hora.
6º día: Cracovia
Este día fuimos caminando hacia la Barbacana, puerta de
entrada a la zona amurallada en la antigüedad, y a la zona de Florian. Vimos la
plaza Matejki y luego dimos un paseo, rodeando la muralla, por los
jardines de Planty, hasta la orilla del río, donde encontramos un pequeño paseo
de la fama y la archiconocida estatua del dragón, que nos recibió soltando una
llamarada de fuego de entre sus fauces.
Seguimos la ribera del río Vístula hasta el barrio judío y
el antiguo gueto, Kazimierz. Comimos en la terraza Scandale (buena carne) en
frente de la plaza Nowy. Visitamos el mercadillo de la plaza (también
interesante) y tras alguna compra nos dirigimos a visitar el corazón del
barrio, las sinagogas, el cementerio… Luego cruzamos el puente para visitar
otros puntos significativos: plac Bohaterow Getta, los restos del muro del
gueto…
Este día decidimos recogernos relativamente pronto, cenar en
el apartamento y descansar, ya que al
día siguiente nos esperaba un buen madrugón para la visita de
Auschwitz-Birkenau.
7º día: Cracovia - Auschwitz - Cracovia
Madrugamos (06.15) para ir a la estación y dirigirnos al antiguo
campo de concentración y exterminio. La guagua de ida (salía a las 07.50), que
en realidad era un microbús, y los asientos, que al contrario de lo que nos
dijeron no estaban asignados, fue un medio timo. De hecho hubo gente que estuvo
la hora y media del trayecto de pie o sentada en el pasillo. De todas formas
existen varias compañías que hacen el trayecto, y pero, según nos dijeron, ponen las
guaguas o microbuses en función de las reservas (pero como también la pueden
coger los autóctonos u otros guiris sobre la marcha…). Es raro.
La visita a Auschwitz-Birkenau fue lo que se esperaba:
sobrecogedora. Nos tocó ir en un día muy caluroso. La visita, si no vas con guía,
se hace en unas cinco horas aproximadamente. La guagua interna es gratuita y
la frecuencia depende de la hora del día.
A la vuelta tuvimos más suerte con la compañía de guaguas y era
bastante mejor… era una guagua de verdad.
Al volver a la estación dimos un paseo por su galería
comercial. Después del calor que habíamos pasado nos vino muy bien estar bajo
techo, un tiempo, con aire acondicionado. Comimos ahí mismo. NOTA: Cracovia es
un buen lugar para comprar zapatos y artículos de piel a buen precio.
Por la tarde disfrutamos de otros buenos paseos por los
extrarradios en busca de algún lugar o, simplemente, por ver otras zonas, pero lo
cierto es que siempre terminábamos en la plaza principal y sus alrededores.
8º día: Cracovia
Este día habían montado unos puestitos en la plaza y, si ya
de por si tiene encanto, aquello era un extra. Por supuesto navegamos entre
artículos de la 2ª Guerra Mundial, antigüedades…
Luego, una vez saciada la curiosidad consumista, decidimos coger un carrito de tour
guiado, para los cinco, que nos llevó a los puntos más importantes, otra vez,
explicándonos una breve historia de cada sitio con una audioguía y el chofer
(inglés), que también hacía de guía dentro de los templos. Fuera de que lo ya
habíamos visitado, nos llamó la atención el museo de la fábrica de Schindler
(muy recomendable) Las entradas estaban incluidas en el precio del tour. Cuando
terminó le dijimos al chico que nos recomendara un lugar típico para
comer y eso hizo, pero era un local pequeño y estaba lleno (tenía muy buena
pinta). Fuimos a La Fontaine (calle Slawkowska) que también nos gustó. Estaba
ubicado en uno de los subterráneos de la zona medieval de Cracovia.
Luego dimos un último paseo por la plaza y zonas aledañas, hicimos
las últimas fotos y fuimos al apartamento, para luego salir a disfrutar la noche
de Cracoviana en toda su esencia. Como curiosidad: los baños de los locales
suelen ser mixtos.
9º día: Cracovia
Aeropuerto y a casa (directo). Por cierto, si te sobran
muchos zlotys cámbialos antes de ir al aeropuerto, porque no hay oficinas de
cambio y solo hay una tienda duty free donde gastarlos, en la que te devuelven (el
cambio) en la misma moneda en la que compras. Otra opción es guardarlos para
gastarlos en el duty free del avión o especular con divisas.