SAL (CABO VERDE). ENERO 2016. CUATRO DÍAS.
Hicimos una escapada de fin de semana a la Isla de Sal, en
el archipiélago de Cabo Verde. Optamos por visitar esta isla por ser, en
nuestra opinión, la más interesante de las que tienen conexión directa con Gran
Canaria.
Nos hospedamos en el Meliá Tortuga Beach, que es un
hotel-resort (todo incluido). El hotel estaba muy bien, pero la urbanización
donde estaba (aunque pertenece a Santa María) no era nada centrica. Era
una de esas urbanizaciones fantasma en las que solo hay apartamentos y hoteles
(algo muy guiri). Sin nada que hacer fuera de los recintos hoteleros.
Este no es el tipo de viajes que solemos hacer, pero nos
apetecía un fin de semana de relax y la información previa que teníamos sobre
las facilidades para comer y alojarnos era bastante escasa.
Si volviéramos a viajar a la Isla de Sal, sin duda, nos
hospedaríamos en alguno de los alojamientos (hoteles o apartamentos) del centro
de Santa María, aunque el precio es bastante similar a quedarte en un resort
todo incluido.
Día 1: Gran Canaria –
SAL
Llegamos al aeropuerto y tras hacer el cambio de divisa, en la sucursal
del banco en la terminal (paciencia), cogimos un taxi hasta nuestro
alojamiento. Los precios habían subido con respecto a la información que
teníamos, pero eran precios cerrados y generalizados (sin taxímetro).
Después de hacer el check in empezamos a aprovechar las
instalaciones para comer y estar un rato en la playa.
Al atardecer dimos un paseo por la playa hasta la zona de
Ponta Preta, donde había grupos de gente practicando kitesurf (muy practicado
en esta isla). Tenemos que decir que el atardecer en la zona de nuestra playa
era espectacular. También se podían dar paseos a caballo por la misma.
Día 2: SAL (ESPARGOS, PALMEIRA, BURACONA, SANTA MARÍA)
Después del desayuno salimos a la puerta del hotel donde
habían varios taxis esperando por pasajeros y pactamos con uno de ellos un
recorrido por los sitios que nos interesaba visitar. Esto parece ser una
práctica habitual ya que tenían fotos y panfletos turísticos para ofrecernos
esos destinos y algunos más que nosotros no visitamos (Pedra de Lume, Terra
Boa…). En un día de taxi da tiempo para recorrer toda la isla.
La primera parada la hicimos en Espargos, que es la capital
de la isla. Es una ciudad con calles empedradas, casas de colores, una bonita
plaza con una iglesia azul y un ritmo de vida muy tranquilo (era un día
festivo, 20 de enero. Día de los héroes nacionales). También se puede subir al
mirador para tener una vista aérea de la ciudad.
La segunda parada la hicimos en Palmeira. Una ciudad con un
pequeño puerto pesquero donde se puede ver la compra-venta de pescado recién
cogido. Es como una lonja a pequeña escala. Aparte de esto, dimos un paseo por sus
bonitas calles para descubrir otros rincones (es un bonito pasatiempo)
La siguiente parada la hicimos en Buracona, al norte de
Palmeira. Una zona de paisaje volcánico con piscinas naturales, donde la principal
atracción es el “ojo azul”. Un reflejo del sol sobre el mar. Había también un
bar, unos puestos de artesanía y Monte Grande (con sus 406 metros).
Seguimos con nuestro taxista hasta Santa María, donde, finalmente, nos
despedimos de él.
Santa María es un sitio encantador, lleno de vida local y
extranjera. La playa es preciosa. Tiene un muelle de madera que la parte en dos,
en el que también se puede ver gente vendiendo y comprando pescado, saltando al
cristalino mar o simplemente paseando. Sus callejuelas, con sus tiendas y bares,
son muy bonitas y llenas de vida.
Íbamos decididos a comer langosta en el Restaurante Barracuda,
pero como no había, decidimos probar los percebes y las cracas que también son
típicas de allí. Muy buenas y a muy buen precio. Tras la comida nos quedamos
disfrutando de la playa, el sol y la tranquilidad.
La vuelta al hotel la hicimos caminando por el litoral
(desde Santa María hasta más allá de Punta Preta). Tardamos unas 2 horas (aproximadamente), realizando algunas paradas para el disfrute personal. Durante
el camino hay inmensas porciones de playa absolutamente desiertas. El paseo es
indescriptible.
Día 3: SAL
Este día fue un día de relax, aprovechamos para darnos un
masaje en el spa del hotel, comer la langosta que no pudimos el día anterior,
pasear por Santa María, disfrutar de la playa…
El destino nos gustó y nos dio pena no disponer de más
tiempo para hacer alguna escapada a alguna otra isla (Sao Vicente o Boa Vista)
Día 4: SAL - GRAN CANARIA
Aparte de desayunar y disfrutar, un poco más, de la hermosa playa, no hicimos mucho más.
El vuelo de vuelta hizo una escala técnica en el aeropuerto de Praia.
Día 4: SAL - GRAN CANARIA
Aparte de desayunar y disfrutar, un poco más, de la hermosa playa, no hicimos mucho más.
El vuelo de vuelta hizo una escala técnica en el aeropuerto de Praia.
E.Jota
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