ESCOCIA: 7 DÍAS/6
NOCHES. OCTUBRE 2016
Edimburgo, Kinross, Pitlochry, Inverness, Portree, Fort Williams, Stirling y Glasgow
Edimburgo, Kinross, Pitlochry, Inverness, Portree, Fort Williams, Stirling y Glasgow
Día 1: Edimburgo
Llegamos
(una mujer y un hombre) a Escocia vía Madrid. En el aeropuerto hay una guagua:
Airlink (4,5 libras), con salidas frecuentes hacía el centro de Edimburgo, que
fue la que cogimos. El billete lo vende el propio chofer.
Llegamos
al apartamento (Holyrodd Aparthotel) a la hora del check-in y de ahí a la calle.
El apartamento estaba bien situado. Sin lujos. Edimburgo está plagado de
lugares de interés. Visual e históricamente es muy entretenida. El primer día,
como de costumbre, aprovechamos para ubicarnos un poco.
Si
tomamos como referencia Princes Street, por un lado está (a nuestro parecer la
zona más intersante): Edinburgh Castle, Scottish National Galery, la estación
de trenes (Waverley Station), Grassmarket, National Museum… Hacia el norte (menos turística): El Calton Hill, St Andrews Square,
Saint Mary´s Cathedral… En los lugares medianamente turísticos se puede
comer algo sin mucha complicación. Aunque la ciudad no es demasiado grande, si
se quiere ver tranquilamente y visitar sus monumentos sin prisas, es
recomendable madrugar y llevar calzado cómodo.
Este
día, recorrimos gran parte de la ciudad. Comimos en puestitos, cenamos en una
cadena de comida rápida y paseamos por la Royal Mile antes de ir para la cama.
Mucho tute.
Día 2: Edimburgo
Aprovechamos
para terminar de ver la ciudad y andarla sosegadamente. Son lugares de visita
obligatoria (amén del castillo, catedral…): El Calton Hill, donde disfrutar de
unas inmejorables vistas de la ciudad. También,
el Royal Mile Market (un mercado de artesanía muy curioso dentro de una
antigua capilla), dar una vuelta por su coqueto y entretenido Museo Nacional
(al lado de la estatua del perro Bobby), alguno de sus tours guiados (Real Mary
King’s Close…) bajo reserva o pasear por los alrededores de Holyrood Palace.
Se puede subir a la montaña, pero es un trecho.
Yendo
hacia Grassmarket paramos a comernos un bocata de cerdo en Oink!. Buenos y
contundentes. Existen varios tamaños. Desde este barrio se puede alcanzar, a un
paseo, el Museo Nacional o la zona universitaria.
Por los
alrededores de Grassmarket hay algunas zonas de bares, pubs y discotecas
agradables. Cenamos picoteando durante la tarde y de colofón la “backed potato”
(depende del relleno será más o menos sabrosa). La Royal Mile siempre está
atestada de gente, pero no hay muchos lugares de copas.
NOTA: En toda Escocia hay
tiendas de adornos navideños a buenos precios, que parecen abrir durante todo
el año.
Dia 3: Inverness (kinross, Pitlochry)
Cogimos el coche en la
estación de Waverley. Lo de conducir por la izquierda es una aventura, que
depende de lo arriesgado y mañoso que sea cada cual (para hacerlo o no)
Antes
de llegar a Inverness hicimos una parada técnica, a una hora de carretera, en Kinross para desayunar, en una
encantadora cafetería de la cual no recordamos el nombre, ver Loch Leven y el
castillo. Poco más.
Más
adelante paramos, nuevamente, en Pitlochry
(otra hora) Bonito pueblo, que les encantará a aquellos que puedan gozar de
tiempo para pasear por sus parajes más rurales. Moulin, de las zonas más anexas
al pueblo, es muy agradable para esto último. El pueblo, entendido como casco,
son 4 o 5 calles, aunque muy chulas. Comimos en la cafetería Victoria’s. Normal.
Llegamos
a Inverness tras otra hora y media de coche. Ya atardecía. NOTA: Hay que contar con los cambios horarios (mucho más llamativos
por esas latitudes) La ciudad, reconocida como tal desde hace poco, no es gran
cosa. Se recorre rápido y hay poco que ver (río Ness, Victorian Market, St
Andrew’s Cathedral, iglesias...) También publicitan la estación de guaguas,
como reclamo turístico, pero no nos pareció nada del otro mundo. Aquí los precios
empiezan a bajar en comparación con Edimburgo. Cenamos unas hamburguesas y nos
fuimos a descansar. No había mucho que hacer por la noche.
Nos alojamos en Ardentorrie Guest House.
Bonito y acogedor. Tiene una terraza, con vistas a la ciudad, donde se desayuna
(incluido).
Día 4: Portree (Urquhart Castle, Eilean Donan Castle)
Una vuelta para ver algún
punto de los nombrados antes (de día), desayunar, y para el coche.
De
camino a Urquhart Castle (30 minutos) hay multitud de lugares donde pararse
para observar el Lago Ness, pero el propio castillo ya es un buen lugar. Para economizar
en los castillos se puede adquirir la Explorer Pass, una tarjeta que, en función
de los castillos que se quieran visitar, abarata bastante los precios. No todos
los castillos están incluidos, pero la mayoría sí.
La
siguiente parada: Eilean Donan Castle. A una hora de carretera. Este castillo
es de pago (7 libras) Sin contar con que el castillo fue decorado en la película
de Los Inmortales, es auténticamente bonito. Pertenece a una familia. Es de los
más recomendables. Allí mismo (por
fuera) comimos algo.
Desde
que salimos en el coche, ese día, la carretera fue increíble. Obligaba a parase, a cada instante, y
fotografiar paisajes, rebaños de ovejas o a alguno de sus toros peludos. Un
espectáculo.
A Portree
(tras otra horita de coche) llegamos con bastante tiempo para visitar Old Man
Of Storr (algo más alejada). Una piedra ubicada en el quintísimo pino, con unos
alrededores y unas vistas realmente hermosas. Existen varios miradores y otras
zonas de pateos rurales de interés.
Cenamos
en Cuchullin (muy aconsejable) y nos alojamos en The Portree Hotel (algo caro
para las prestaciones)
Pasear
por el pueblo es fácil y necesario. Sobre todo por el puerto (extremadamente
pequeño) No hay demasiadas infraestructuras de interés, aunque, para lo pequeño
del lugar, varios bares y restaurantes.
Día 5: Stirling (Fort Williams, PN de Trossachs)
Desayunamos
en el Antlers Bar (incluido) y fuimos a
dar una vuelta por los alrededores, antes de volver a coger el coche. Fueron
casi 3 horas (con paradas) hasta Fort
Williams. El pueblo es recogidito. Tiene una calle principal comercial y
poco más. Comimos en The Crofter (comida tradicional muy rica) El camarero fue
muy amable y hablaba español.
Seguimos
nuestro viaje a través del Parque
Nacional de Trossachs y llegamos, otra vez a causa de las paradas, en algo
más de 3 horas a Stirling. Llegamos antes de que oscureciera. Paseamos, como
siempre, para ubicarnos y terminamos cenando en un “Fish and Chips” de los
alrededores. Nos alojamos en Friars Wynd Hotel. Bastante bien ubicado y
acogedor (desayuno incluido).
Día 6: Glasgow
Lo más
destacado de Stirling sería: su castillo (otro de los más bonitos y
acondicionados), la Old Town Jail, La iglesia de Holy Rude o rodear la ciudad
por el exterior de los restos de su muralla. Luego como siempre, perderse un
poco por ahí, aunque, con excepción de algún parque, las afueras carecen de
interés. De las ciudades, vistas en este viaje (después de Edimburgo), nos
pareció la de más encanto y en la que más cosas uno se podía entretener (dentro
del casco histórico). Hay muchas tiendas curiosas, terrazas, y bastante vida
por las calles (no exclusivamente turistas) por el día y por a noche.
A un paseo en coche se llega al monumento de
William Wallace. Si no se quiere entrar al torreón (de pago) se puede acceder
al camino e ir al pie del monumento gratuitamente. El paseo es agradable, el
monumento impactante y las vistas merecen
la pena. El lugar más que nada es turístico. De hecho, como curiosidad, muchos de los
suvenires tenían el rostro de Mel Gibson.
Llegamos
a Glasgow (1 hora). Realmente pensamos que esta ciudad da para más de un día.
Es cierto que arquitectónicamente no es Edimburgo, pero es grande, con mucha
más vida local y varios lugares interesantes que conocer. Destacan la Catedral
de Mungo (desconocida para muchos lugareños), Buchanan Street, la City Chambers,
zona universitaria… Por la noche Buchanan Street y alrededores se ilumina, se
pone guapa, aunque mantiene la animación y trasiego diurno. Es posible tomar
algo en un ambiente menos turístico. Por lo general, se puede decir que Glasgow
es de lo más barato de Escocia. También, en el lado menos bueno, es el lugar donde más
pobreza se observa en la calle.
Comimos
en un buffet de comidas del mundo. Muy interesante si te gusta la comida asiática.
El alojamiento fue en un Ibis. Discreto y normal. La mayor pega es que, aunque
no mucho, estaba algo alejado del centro.
Día 7: Glasgow
Desayunamos,
repetimos algún lugar y fuimos al aeropuerto para volver a casa.
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