SINGAPUR: 5 DÍAS/4
NOCHES. ABRIL 2014
Antes que
nada decir que este destino era de escala obligatoria entre Malasia y Bali. Aprovechamos (un hombre y una mujer), como ya hemos hecho en otras
ocasiones, para visitar a unos familiares que nos hicieron la estancia más
grata e intensa (jugamos con ventaja).
Pese a ser
el país más pequeño del sudeste asiático, para patearla son necesarios algunos
días. Sin duda, como conjunto, Singapur es la ciudad más ordenada y próspera de
la zona (al menos a primera vista). Las zonas más céntricas están rodeadas de
grandes y espectaculares centros comerciales o inmensos rascacielos a la
vanguardia de la arquitectura. No obstante, también tiene algunos barrios que
evocan el Asia que el viajero suele tener más en mente.
Sin
detenernos en realizar estadísticas, en Singapur se nota la presencia de 3
culturas entremezcladas y conviviendo en paz y armonía. La china, malaya e
india.
El
lugar es conocido también por sus normas y restricciones, que para el punto de
vista occidental pueden resultar algo estrafalarias, como la de prohibir mascar chicle y esas
cosas. Por lo que nos pudimos enterar comprar un coche tampoco
resulta barato y existen normas de cuando se puede circular y cuando no (según matrículas)
Día 1) Johor Bahru – Singapur
Nuestros
primos habían ido a Johor Bahru a pasar un día con nosotros en Malasia, por lo
que a la vuelta (no sin antes sacarle todo el jugo a las instalaciones del
hotel) nos bajamos con ellos y cruzamos la frontera por tierra (igual que en
avión pero dentro del coche).
Nos
fuimos para su casa para soltar el equipaje y dar una pequeña vuelta por
algunos lugares. Nos llevaron a cambiar dinero a Little India (Almacenes
Mustafá), nos dieron una vuelta en coche por algunas zonas interesantes del
extrarradio y a visitar algunas zonas más céntricas (Raffles Hotel, Kampong
Glam…) Para terminar fuimos por los alrededores de Clarke Quay a tomar una copa y conocer la noche
singapureña.
Día 2) Singapur
Este
día (no es un día) es algo singular. Para que se entienda, sin romper la línea
temporal, lo dividiremos en dos:
1-
Nos levantamos temprano para ir al aeropuerto y
ponernos rumbo a Bali para pasar unos días. Dejamos las maletas en casa de los
primos, por lo que fuimos con lo necesario y sin cargar con equipaje.
2-
Llegamos de Bali (después de sacarle todo el
jugo al lugar) ya oscureciendo. Nos alojamos en el hotel Rendezvous, bien
situado. Está bastante bien, pero no es barato.
Esa noche (nuestros primos se fueron) nos
dimos un paseo por, la iluminada y concurrida, Orchard Road y sus alrededores,
cenamos en uno de los cientos de restaurantes que hay en sus centros
comerciales y nos fuimos a dormir.
Día 3) Singapur
Por fin
un día completo en la zona. Madrugamos. Ese día, a primera hora había un
clima, que sin niebla, hacía que se empañase el objetivo de la cámara en
cuestión de segundos (cosa rara) Luego se quitó
Dimos una pequeña vuelta por los
alrededores antes de desayunar y coger el metro hacia Marina Bay. Nos bajamos
antes de llegar a la noria. Había habido evento deportivo y se veía gente yendo
de aquí para allá, pero estaba terminando y la gente se dispersaba. Es el
perfil más conocido del país y donde el pueblo se reúne en las grandes
ocasiones.
La zona está salpicada de puntos
de interés recomendables (El paseo del río, los estrambóticos edificios (muchos
de ellos museos), sus Jardines de la Bahía, los muelles (Quays), el parque del
Merlion…) y es bastante entretenida. Hay que tomárselo con calma. Para ver
todos los lugares hay que cruzar puentes.
Tras un buen rato recorriendo los
alrededores nos decidimos por ir hacia Chinatown. Se trataba, como siempre, de
ir viendo algunos lugares de relevancia, mezclados con barrios más lugareños,
mientras caminamos. Pero hemos de reconocer que el contraste es menos obvio que
en otras urbes asiáticas. Lo más llamativo fue el CBD, su centro neurálgico de
negocios.
De Chinatown, aparte de su
inmenso mercado de estilo tradicional, destacan sus templos (Buddha Tooth Relic,
Sri Mariamman, Thian Hock Keng), su mezquita, pero sobre todo su ambiente. La
zona, para ser un barrio chino, está impoluta (dentro de lo que ocasiona el
propio desmadre del bullicio). Para ver algo más tradicional hay que seguir hacia la estación de metro y cruzar la carretera (puente). Esa zona es
mucho más típica: con un centro comercial a la china, multitud de puestitos de
comida muy asequible y un cambio de divisas parecido al de Mustafá. Tiene su propio
mercado de abastos.
Comimos, lógicamente, algo ligero
en los puestitos (riquísimos) y esperamos a nuestra prima (habíamos quedado
para comer) dando un paseo por los alrededores. Cuando llegó nos llevó a comer
japonés, en un centro comercial de los alrededores, y luego seguimos
recorriendo la zona (Chinatown) con ella y uno de sus hijos.
Volvimos (esta vez en taxi) a los
alrededores de Marina Bay para visitar
el Templo Kwan Im Thong Hood Cho y pasear un poco por allí. En los alrededores
de los templos hay multitud de tiendecitas de flores muy bonitas.
En la zona hay varios centros
comerciales. Bucis Street es una especie de centro comercial alocado con ropa y
complementos (entre otras cosas) a buenos precios y para casi todos los gustos.
Total, que vuelta arriba, vuelta
abajo, alguna comprita, algún templo… nos oscureció. Fuimos al hotel y para
cenar fuimos a un Thai, a un paseito desde el hotel. Muy bueno, aunque sin finuras.
Día 4) Singapur
Como ya
habíamos visitado Chinatown, esa mañana nos inclinamos por empezar la jornada
por Little India. Es el barrio más auténtico, folklóricamente hablando, de
Singapur. Sus templos, mercados, callejuelas, restaurantes… Todo es auténtico.
Paseamos durante la mañana por Little India y le dimos una vueltita a Kampong Glam,
pero terminamos regresando (a Little Indian) a seguir conociendo la zona y comer algo en el restaurante Azmi (muy autóctono y de barrio, pero riquísimo).
(NOTA: A Little India hay que darla tiempo para que despierte y verla en su
esplendor).
No
quisimos abusar de la comida, ya que nuestros primos nos habían invitado a su
casa a comer. Riquísimo… La verdad es que en este viaje, en general, la comida
nunca fue motivo de malestar.
Tras la
comida fuimos al templo Gurdwara Sahib Yishun, estuvimos conociendo más familia
y amigos nuevos. Esto nos proporcionó una visión distinta de las frenéticas
zonas más turísticas y céntricas. También nos llevaron a algunos templos
(Yishun Mariamman…) menos frecuentados por turistas.
Para
cenar elegimos (nuestros primos) el restaurante Ananda Bhavan (en Little
India). Buenísimo y la paratha descomunal.
Antes
de irnos a la cama nos fuimos tomar una copa en familia al hotel Ritz-Carlton
Millenia Singapore.
Día 5) Singapur – Barcelona – Gran Canaria
Nos
tomamos el día para ver relajadamente las zonas que más nos habían gustado. El
avión salía de noche y pudimos aprovechar el día.
El
paseo nos llevó hasta la milla de oro y alrededores (zona comercial), en la zona
de Orchard Road. La zona también ofrece precios medios. De allí fuimos
(andando) al Newton Food Centre a comer. Son unas mesas (tipo camping) rodeadas
de restaurantes de toda Asia. Puedes elegir lo que quieras, de donde quieras, y
te sientas en una de las mesas. Recomendable. Es muy auténtico. El paseo es
entretenido, pero no corto.
Habíamos
dejado las maletas en la recepción y a la vuelta del último paseo nuestros
primos nos recogieron en el hotel, con unos amigos, para hacernos una cena de despedida.
Primero fuimos a un restaurante donde
podías pescar tu propia cena, pero algo pasó y nos decantamos por el Jalan Kayu
Cafeela Roti Prata. Un sitio muy auténtico donde se come realmente bien.
No hubo
tiempo para más y regresamos a casa.
E.JOTA
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